La agencia acreditadora de Chile entrego el 15 de diciembre la certificación de acreditación internacional del programa de Derecho por un periodo de 5 años; el programa ha alcanzado de modo único y singular, la acreditación internacional en alta calidad, dispensada por la Acreditadora Chilena. Este reconocimiento se suma a la acreditación nacional otorgada por el Ministerio de Educación Nacional, con la activa intervención del Consejo Nacional de Acreditación -CNA-.

En esa dirección, los abogados de la Universidad Católica de Colombia ya no solo disponen de ese título que ya supone una credencial, sino además, la que se desprende de la acreditación nacional del programa de Derecho, de la que emerge con la acreditación internacional y de la que surge de la acreditación institucional, en la cual tuvimos la visita de pares académicos para su renovación, el pasado 9 y 10 de diciembre de 2022.

La acreditación internacional es entonces, una credencial adicional de alta calidad, que otorga seguridades a los empleadores y usuarios de los servicios jurídicos sobre las virtudes de los profesionales en Derecho de la Universidad Católica de Colombia. La agencia de acreditación que la otorgó, tiene un prestigio considerable, dado que ha acreditado varios programas en distintos países de América Latina y, además, programas tan importantes en Chile, como el de Derecho de la Universidad Católica de Chile, una institución que se encuentra en el top de las mejores de Latinoamérica.

La visita de los pares académicos que evaluaron el programa fue exhaustiva y compleja. Dos pares chilenos, ambos decanos de Facultades de Derecho del país del sur, junto a un par académico colombiano con una gran trayectoria en la dirección de instituciones de educación superior colombianas, en especial, en la Pontificia Universidad Javeriana, hicieron la verificación de las condiciones de calidad, y dieron un parte positivo.

Los procesos de acreditación son de gran importancia, puesto que suponen la realización de una autoevaluación que conduce a realizar una reflexión profunda sobre lo que tenemos y lo que nos falta, lo cual desemboca en la formulación de planes de mejoramiento, que nos permiten avanzar aún más lejos. En esa dirección la participación en los procesos de autoevaluación de los estudiantes, los profesores y los funcionarios administrativos, han sido claves para identificar fortalezas y debilidades, para saber qué debemos mantener y en cuáles aspectos conseguir progresos sustanciales.

Las sociedades contemporáneas, tal como lo señalara el sociólogo estadounidense Randall Collins, son sociedades credencialistas. En un mundo en extremo competitivo, lo cual es bastante más agudo cuando se trata de la profesión jurídica, ya que en el mercado de trabajo existen miles de abogados ofreciendo sus servicios, no basta disponer de un título de abogado, es indispensable mostrar la mayor cantidad de credenciales. Precisamente la tesis de Collins radica en que las credenciales educativas se han transformado en un factor fundamental para legitimar el acceso a posiciones sociales privilegiadas.

Incluso, muchas veces, es más eficaz para alcanzar esa meta la simple posesión de una credencial educativa derivada de una institución de educación, que el propio saber y competencias emanadas de la formación en una institución de educación. También, dado que han aumentado los niveles de titulación profesional universitaria, que es un tipo de credencial, se ha vuelto imperativo disponer de una mayor cantidad y variedad de credenciales e, igualmente, que las credenciales provengan de instituciones o entidades de alto prestigio.

Facultad de Derecho
Universidad Católica de Colombia.